domingo, 28 de abril de 2013

EL EVANGELIO DEL DOMINGO


"¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna." Jn 6, 68.

Domingo 28 de abril de  2013.
Quinto Domingo de Pascua.

Santo del día : Santa Gianna Beretta. 

Evangelio según San Juan 13,31-33a.34-35.

Cuando Judas salió, Jesús dijo: «Ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él.

Por lo tanto, Dios lo va a introducir en su propia Gloria, y lo glorificará muy pronto.
Hijos míos, yo estaré con ustedes por muy poco tiempo. Me buscarán, y como ya dije a los ju díos, ahora se lo digo a ustedes: donde yo voy, ustedes no pueden venir.

Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado.

En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.»

Extraído de la Biblia Latinoamericana. 

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia 

Sermón sobre el Evangelio de Juan, nº 65 

“Tal como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros”
“Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros”... el que escucha este mandamiento, o mejor, el que lo obedece, se renueva interiormente no por un amor cualquiera sino por el mismo amor que el Señor ha precisado, añadiendo: “Como yo os he amado”... a fin de distinguirlo de un amor puramente natural. “Todos los miembros del cuerpo se preocupan los unos de los otros. Si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; si un miembro es glorificado, todos los miembros se congratulan con él” (1Cor. 12,25-26). En efecto, ellos comprenden y observan estas palabras: “Os doy un mandamiento nuevo, que os améis lo unos a lo otros” no como fuente de desenfrenos, ni como se aman los  hombres simplemente porque son hombres, sino como aquellos que se aman porque todos “son dioses” (Jn 10,35) e “hijos del Altísimo” (Lc 6,35), para llegar así a ser los hermanos de su Hijo único, amándose unos a otros con el mismo amor con que él los amó, para conducirlos a todos a aquel fin  que los satisfaga, donde su anhelo de bienes encuentre su saciedad. Porque no quedará ningún anhelo sin saciar cuando Dios lo sea “todo en todos” (1Cor. 15,28).

El que ama a su prójimo con un amor espiritual ¿qué amará en él sino a Dios? Este amor es el que el Señor quiere separar del amor puramente natural cuando añade: “Como yo os he amado”. ¿Qué es lo que él ha amado en nosotros sino a Dios? No a Dios tal como ya lo poseemos, sino tal como él quiere que le poseamos cuando dice: "Dios será todo en todos”. El médico ama a sus enfermos por la salud que les quiere dar, no por su enfermedad. “Como yo os he amado, amaos los unos a los otros”. Es por eso que nos ha amado: para que nosotros también sepamos amarnos los unos a los otros.   

No hay comentarios:

Publicar un comentario